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Derby Motoreta’s Burrito Kachimba en la sala Impala de Córdoba | 22 Marzo de 2025


⦿ Derby Motoreta’s Burrito Kachimba llenan de Kinkidelia la sala Impala de Córdoba.

La noche del 22 de Marzo en la Sala Impala de Córdoba no fue simplemente disfrutar de un concierto, fue una ceremonia eléctrica de comunión musical, una travesía por territorios sonoros que solo Derby Motoreta’s Burrito Kachimba sabe explorar. Los sevillanos volvieron a dejar claro que su propuesta no es una moda pasajera ni un experimento excéntrico. Lo suyo es una revolución emocional en clave de «Kinkidelia», ese término que han acuñado para describir su inimitable mezcla de Flamenco, Rock andaluz, Psicodelia setentera, Progresivo y Rock duro.

Desde que las luces se apagaron y los primeros acordes comenzaron a sacudir el aire, la sala se transformó en un hervidero de almas entregadas. No cabía un alfiler. El público, diverso y eufórico, parecía formar parte activa del espectáculo, como si cada Riff, cada quejío distorsionado, cada explosión sónica les atravesara por dentro. En este viaje colectivo, la conexión fue total. Y es que Derby no solo tocan canciones: crean atmósferas, levantan paisajes emocionales, abren portales.

Los chicos de barrio de Sevilla han crecido, sí, pero no han perdido ni un ápice de la energía cruda y auténtica que los hizo únicos desde sus primeros pasos. Temas como: Seis Pistones, Porselana, Grecas, El Chinche, Manguara, Gitana, Las Leyes de La Frontera, Aliento, y un largo despliegue de canciones retumbaron con la fuerza de un rito chamánico urbano, mientras que momentos más lisérgicos y experimentales sirvieron de puente hacia esa Kinkidelia que lo impregna todo: luces, miradas, gestos, cuerpos que bailan sin darse cuenta.

Lo más hermoso de la noche fue constatar que Derby Motoreta’s Burrito Kachimba no se han conformado con repetir fórmula. Evolucionan. Crecen. Se arriesgan. Cada show es un peldaño más en una escalera que suben con determinación, sin mirar atrás, y sin ceder ante las imposiciones del mercado. Ellos hacen su camino, y lo hacen con estilo, sudor y una pasión desbordante.

La Sala Impala fue testigo de algo más que un directo sólido: vivimos un hito. Un momento de esos que se recuerdan con una sonrisa años después, cuando uno dice: “Yo estuve allí”. Porque cuando una banda consigue que tantas personas canten a pulmón cada palabra, que se emocionen con cada giro musical, que se fundan en un abrazo colectivo sin conocerse… es que algo muy grande está ocurriendo.

Y eso, precisamente, es Derby Motoreta’s Burrito Kachimba: algo grande. Una rareza poderosa. Un viaje sin retorno. Un estandarte del nuevo Rock andaluz que no se inclina ante nadie, porque ellos no siguen el ritmo: lo marcan…

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