Rafa Beltrán estrena su proyecto en solitario con «Vámonos del Tirón» junto a Andreas Lutz (O’Funk’Illo)
Vámonos del Tirón es el nuevo single que el músico Rafa Beltrán lanza al lado de Andreas Lutz, vocalista de la banda O’Funk’Illo. Una canción en la que predominan el Funk, el Rock, la fusión y sobre todo mucho groove.
El tema contagia alegría y buen ánimo con ritmos que invitan a la fiesta y el baile: un estribillo contagioso, y la complicidad que se destila entre este par de artistas hacen de la canción, un tema único.
Andreas y yo queríamos dar un mensaje positivo, con unas melodías y una letra que transmitiera alegría a la gente en estos momentos tan duros que estábamos pasando debido al tema de la pandemia. También la música nos sugería eso, no queríamos caer en un mensaje negativo, ni de tristeza tan manido en ese momento, explica Beltrán. Empezamos a intercambiarnos letras y melodías, siempre intentando respetar ese buen rollo, y finalmente, junto a la música ha quedado un tema con muy buena vibra y mucho power.
Vámonos del Tirón, grabada en El Artesano Sonoro de Alcoy y en Nano Peña Estudio de Lebrija y mezclada y masterizada en La Llama Encendida, consigue unir a la perfección los talentos de Beltrán, bien conocido por su manejo del bajo, y la voz del carismático Andreas.
Combina también las esencias de València con Sevilla, dos ciudades que no son tan ajenas, y que de alguna forma comparten un mismo espíritu. Creo que son dos ciudades con muy buen clima durante la mayor parte del año, y esto les confiere a sus gentes un carácter muy desenfadado, festivo y más abierto, todo esto se ve reflejado claramente en la música y las letras, añade Beltrán. Ambas ciudades están muy acostumbradas a acoger diferentes culturas. Esto hace que la música tenga mucha mezcla de diferentes estilos, y que no haya ningún tipo de prejuicios estilísticos, todo esto se ve claramente reflejado en la canción.
El bajo, el instrumento que Beltrán maneja con maestría, es protagonista en Vámonos del Tirón, sin perder su carácter intrínseco de instrumento de acompañamiento.
Hay una mezcla de bajo limpio y con distorsión, que le confiere un sonido muy pesado, y sobre todo muy potente, el bajo está todo el tiempo en primer plano, con mucha presencia y marcando claramente el carácter de la canción.
El single llega acompañado de un vídeo grabado en las calles de Lebrija (Sevilla), con una luz muy mágica y especial, que casa con el espíritu desenfadado y vacilón del tema, junto a las tomas de un dron, que dan una visión única del pueblo, y de este par de artistas, que comparten el mismo optimismo por el futuro.